Hay ocasiones en las que las palabras no bastan para
expresar lo que queremos, lo que necesitamos. Hoy estoy en uno de esos
momentos. Escribo esto, con todas las ganas, sabiendo que cada palabra está
donde debe, pero falta algo. Falta como un resquicio de mensaje que se remueve
en nuestro interior, intentando salir en vano, puesto que es imposible de
expresar.
Algunas personas canalizan este mensaje en otras formas
distintas de las palabras, como es la escultura, la pintura, la música, la
cocina… Cuántos de nosotros no hemos visto las pinturas de los artistas
románticos, llenas de desgarradora fuerza y conmovedoras sensaciones. ¿No hemos
escuchado acaso esa canción que despierta en nosotros recuerdos y emociones?
Nos sentimos identificados con estas cosas, pero la gran mayoría de las veces
cuando nos preguntan el por qué no sabemos explicarlo. Nos sale un balbuceo
incoherente, una sonrisa tal vez, y nos limitamos a decir que no sabemos
decirlo con palabras. A eso me refiero, señores.
Pues a mi me dan mucho coraje estas situaciones, en las que
no soy capaz de expresarme. Hay ocasiones en las que cuando siento rabia o
tristeza salgo a correr al campo, donde no hay nadie cerca que me pueda oír y
dejo fluir esas sensaciones, tal cual vengan, transformándose en gritos,
lágrimas o risa. Esto lo hago porque
hubo un tiempo en el que me lo guardaba todo, barría el polvo debajo de la alfombra, pero como es obvio esto no
funciona nunca. Estallé. La cagué de una forma descomunal. No me arrepiento de
ello, la verdad, a pesar de que fue perjudicial para mi.
Y a eso es a lo que quiero llegar, no os guardéis vuestros
sentimientos. No seáis robots, ni personas artificiales, que únicamente dan al
mundo lo que este espera y quiere de vosotros. Nosotros necesitamos tiempo para
nosotros mismos en el que podamos dejar fluir todo ese torrente. Este momento
puede ser en una ducha, en una salida a correr (como hago yo) o en un lugar
alejado de la mano de dios, pero hacedlo, os animo. La sensación de liberación,
ese momento en el que la presión del pecho se libera; y tras haberlo soltado
todo llega la respiración profunda y la relajación.
Liberad presiones. No os hundáis en ese baúl en el que vamos
guardando todas las sensaciones que no queremos mostrar a los demás. Vivid.
Mostraros tal y como sois. Maravillosas personas.