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viernes, 30 de noviembre de 2012

Porque a veces las palabras faltan


Hay ocasiones en las que las palabras no bastan para expresar lo que queremos, lo que necesitamos. Hoy estoy en uno de esos momentos. Escribo esto, con todas las ganas, sabiendo que cada palabra está donde debe, pero falta algo. Falta como un resquicio de mensaje que se remueve en nuestro interior, intentando salir en vano, puesto que es imposible de expresar.

Algunas personas canalizan este mensaje en otras formas distintas de las palabras, como es la escultura, la pintura, la música, la cocina… Cuántos de nosotros no hemos visto las pinturas de los artistas románticos, llenas de desgarradora fuerza y conmovedoras sensaciones. ¿No hemos escuchado acaso esa canción que despierta en nosotros recuerdos y emociones? Nos sentimos identificados con estas cosas, pero la gran mayoría de las veces cuando nos preguntan el por qué no sabemos explicarlo. Nos sale un balbuceo incoherente, una sonrisa tal vez, y nos limitamos a decir que no sabemos decirlo con palabras. A eso me refiero, señores.
Pues a mi me dan mucho coraje estas situaciones, en las que no soy capaz de expresarme. Hay ocasiones en las que cuando siento rabia o tristeza salgo a correr al campo, donde no hay nadie cerca que me pueda oír y dejo fluir esas sensaciones, tal cual vengan, transformándose en gritos, lágrimas o risa. Esto  lo hago porque hubo un tiempo en el que me lo guardaba todo, barría el polvo debajo de  la alfombra, pero como es obvio esto no funciona nunca. Estallé. La cagué de una forma descomunal. No me arrepiento de ello, la verdad, a pesar de que fue perjudicial para mi.

Y a eso es a lo que quiero llegar, no os guardéis vuestros sentimientos. No seáis robots, ni personas artificiales, que únicamente dan al mundo lo que este espera y quiere de vosotros. Nosotros necesitamos tiempo para nosotros mismos en el que podamos dejar fluir todo ese torrente. Este momento puede ser en una ducha, en una salida a correr (como hago yo) o en un lugar alejado de la mano de dios, pero hacedlo, os animo. La sensación de liberación, ese momento en el que la presión del pecho se libera; y tras haberlo soltado todo llega la respiración profunda y la relajación.
Liberad presiones. No os hundáis en ese baúl en el que vamos guardando todas las sensaciones que no queremos mostrar a los demás. Vivid. Mostraros tal y como sois. Maravillosas personas.

2 comentarios:

  1. Muy buenos, este y el anterior. Sin rodeos, simplemente explicando y quizá diciéndonos esas cosas que no queremos oír, como que podríamos hacer algo por lo demás y no lo hacemos.
    Yo también estallaba al cabo de un tiempo con las cosas. Ahora, o intento que me afecten menos o suelto la presión de cualquier modo.
    Sentimientos, debilidades y emociones tenemos todos :)
    Un besito desde Soria.

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  2. Casi casi creo que me gusta más este que el anterior. Tal vez porque este es más personal, y en realidad lo que las personas quieren al final del día no es que les cuenten una vez más la horrible realidad en la que vivimos, sino ver cómo el resto de personas también tienen alma, y tu has demostrado tenerla

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