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viernes, 23 de noviembre de 2012

Nos vamos a pique


Efectivamente, nos vamos a pique. Cada vez más observo cosas en el día a día que me hacen pensar en lo que somos actualmente. ¿Dónde vamos? ¿Por qué hacemos esto o lo otro? ¿Cuál es el propósito de todo? Estas son preguntas que normalmente hacen pensar en algo metafísico, pero esa no es ni mucho menos mi intención. Yo me refiero al mundo actual, el que está sumido en un completo caos.

¿Os habéis parado a mirar el periódico, a escuchar las noticias? Obviamente, a parte de la faceta futbolística que ya baña cualquier medio  español, nuestro país es algo demasiado… ¿Cómo definirlo? ¿Estresante? Efectivamente, creo que es el adjetivo que mejor consigue plasmar la realidad nacional, no solo porque estamos en plena crisis económica, sino porque ya todo va como acelerado. Vamos caminando por un sendero, sin la oportunidad de detenernos ya que junto a nosotros caminan millones de personas, obligándonos a seguir adelante.

Todo este artículo se debe a que yo me detuve, miré y observé. Me di cuenta de que no solo este país está cayendo. Todo el mundo lo hace al mismo tiempo. Estamos perdiendo lo que nos hace ser superiores a cualquier otro animal o ser vivo: la humanidad. Fijaos pues en todos los conflictos armados (la franja de Gaza, Israel, Somalia, Siria, la Primavera árabe…) que se desarrollan al unísono. Desastres personales, como suicidios cuya causa son los desahucios o el acoso escolar. Violencia en las calles de ciudades importantes por culpa de una crisis en la que estamos metidos hasta el cuello. Tensiones religiosas. Naciones divididas por una ley, como la constitucionalidad del matrimonio homosexual en España (lo cual me parece obvio, natural y necesario que se haya aprobado) . Racismo. Hambre…

Hay un largo e infinito etcétera, pero con todo ello quiero decir que todos estos problemas  son nuestro pan de todos los días. Lo vemos siempre, en todos lados, pero ya no nos importa. Es decir, se ha vuelto algo rutinario. Si nos paráramos a pensar… Pero no hay tiempo, no hay  ocasión. Debemos seguir al ritmo de todos, tener lo último en todo. Esta situación llega a ser cómica incluso.

Perdemos la humanidad y con ella la capacidad de ayudar a los demás. Pero no todos, como es obvio, dejando entender pues que este artículo va dirigido a la gran mayoría. Fuera de esta mayoría encontramos a personas que son capaces de luchar por otros, de protegerlos o de ayudarlo  en todo lo que les sea posible. Se me ocurre el ejemplo de la asociación en contra de los desahucios, las personas que trabajan en comedores sociales o los voluntarios (como cierta amiga que conozco) en hospitales acompañando a los enfermos. Esto hace que recupere mis esperanzas en que no todo está perdido, aunque lo parezca y vayamos de cabeza a ello.

No pretendo con estas palabras que nuestras vidas den un giro de ciento ochenta grados, que lo dejemos todo por los demás. Como es obvio una persona normal y corriente (incluso un grupo numeroso) no va a acabar con conflictos armados ni con el hambre. Solo quiero que nos paremos a pensar cuándo fue la última vez que hicimos algo por conseguir que este mundo en el que vivimos sea un tanto mejor. ¿Tienes ganas de hacer algo más? Adelante, te animo a ello, sea del modo que sea. ¿Piensas que lo que digo es un suelo inalcanzable, una fantasía? Escríbeme, deja el comentario, que no muerdo.
De todos modos solo espero que al final todo esto, todos nosotros, no nos vayamos a pique.

1 comentario:

  1. Hola, yo estoy de acuerdo contigo en prácticamente todo lo que opinas de este tema, y lo cierto es que pienso en ello cada día, pero es un problema muy grande como para poder resolverlo yo sola (ni siquiera unas pocas personas, sino que es un problema en el que debe colaborar prácticamente todo el mundo, y por desgracia, dudo que eso llegue a ser posible. A lo que me refiero con esto es a que tal vez, la gente mire para otro lado porque, como me pasa a mí, siento una presión enorme en el pecho al pensar que mientras la gente (yo incluida)nos preocupamos por que este año Papá Noel sólo nos ha traído dos regalos en lugar de siete como años anteriores, hay gente que se preocupa por si hoy comerán, o si mañana sus hijos enfermarán y nadie les asistirá... Es algo que me sobrepasa, así que en cierto modo entiendo que la gente mire para otro lado.
    Lo más triste de todo es que la gente ya toma como algo normal, y no se extrañan de que las cosas vayan así y ciertos crímenes no se paguen sólo por que no los ha cometido alguien de la calle, sino algún político, marqués etcétera..
    Siento haber escrito todo esto y no haberte hecho sacar nada en claro, pero necesitaba decirlo en algún lugar.
    Un beso, y sigue escribiendo :)

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